Introducción
A pesar de su creciente popularidad, no todo el mundo sabe que «matcha» significa literalmente «té en polvo», y por tanto «té matcha» es, técnicamente, redundante. Concretamente, es un derivado de las hojas de té verde, que son molidas para alcanzar esta textura. Junto a otros muchos superalimentos, esta variedad de té se ha ido introduciendo poco a poco en la dieta de muchas personas fuera de Japón (de donde es originario) y del continente asiático (donde es muy común desde hace siglos). Y es que con la globalización han llegado a nosotros mucha información sobre lo beneficiosas que fuesen ser las infusiones de matcha, o el uso de este producto en otras muchas formas. Desde bizcochos hasta mascarillas para mejorar el cutis, está por todas partes, y con razón.
Qué es el té matcha
Como decíamos, el té matcha es un derivado de las hojas de té verde. Las distintas variedades del té se consiguen con distintos grados de fermentación o sequedad de las hojas de té, de ahí la diferencia de color, tan significativa que de ella sacamos los nombres de cada variedad: té verde, té rojo, té negro, té blanco, etc.
Aunque este sea su origen, la forma en que se procesa el que se convertirá en té matcha respecto al té verde al que estamos acostumbrados puede potenciar hasta 10 veces los beneficios conocidos del té verde. Hablamos de diferencias que comienzan en el proceso de cultivo y se dan en cada fase hasta su comercialización. Esto incluye la recolección de las hojas, el secado y, como no podía ser de otra manera, la trituración final.
Beneficios del té matcha
La principal razón por la que los beneficios ya conocidos del té verde se dan tan concentrados en esta variedad es que dos semanas o 20 días antes del momento de recolecta de las hojas, los cultivos son cubiertos para que no les llegue la luz solar. De esta forma, elementos presentes en la planta como son la cafeína, teanina o la propia clorofila de la planta se concentran más de lo normal, y potencian estas cualidades.
Por otro lado, el sabor del matcha se potencia también durante este proceso para lograr ese sabor tan distintivo. Se llega a él con el proceso de machaque de las hojas. Se hace de forma artesanal, pues la tradición del té tiene gran peso cultural en regiones como Kioto (de donde es originario el matcha). Las hojas son machacadas en un molino de piedra que permite conservar el olor, el sabor y, sobre todo, el color.
Entre sus beneficios encontramos que es un producto antioxidante y que a su vez ayuda a regular el azúcar en la sangre. También tiene un efecto calmante, aunque debido a su contenido en cafeína, no se recomienda tomar más de dos tazas de la infusión al día. Consumir más no es peligroso ni mucho menos, pero se perderá el efecto, y podría ser incluso contraproducente, alterándonos.
Usos del té matcha en la cocina
Si bien la infusión es la forma más popular de consumir el té, lo cierto es que se puede introducir en multitud de elaboraciones. Precisamente por ser en polvo, es muy fácil incluirlo en recetas de repostería, chocolate, helados y otros muchos dulces. ¡Pero incluso en recetas saladas puede estar delicioso!
Te recomendamos este de NaturaleBio, que se vende en paquetes de 50, 100 y 200 gramos para que primero lo pruebes, y cuando te enamores del producto puedas adquirirlo en cantidades mayores. El motivo por el que esta alternativa destaca frente a otras es la marca garantiza que ha sido cultivado, recolectado y procesado mediante procesos sostenibles. Es más, se ha cultivado en la prefectura de Kioto (concretamente en la ciudad de Uji). Este producto puede traernos la esencia del Japón más tradicional a casa por un precio más que razonable en relación calidad precio.
Conclusión
El té matcha no se ha vuelto tan popular a nivel mundial a esta velocidad por nada. Lo cierto es que tiene multitud de beneficios para nuestra salud física y mental, si uno sabe cómo explotarlos correctamente.
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